Mom & Baby Sloth Reunited!

A few days ago the Toucan Rescue Ranch and Saving Sloths Together Release Site team received a phone call: “We found a baby sloth.”  We immediately grabbed our emergency box, jumped into the car and went to meet this 450-gram three-fingered baby. This is the second call we got as a direct result of our community outreach program, where we visit all the homes around our Release Site to tell people who we are and what we do. In honor of the person that coordinated the community outreach and education projects, leaving her footprint on this community and in our hearts, I named this baby three-fingered “Sarita.”

The owners of the property showed us exactly where they had found it. All the way up in a big Cecropia tree, around 40 meters high, they had seen three adult three-fingered sloths fighting in the morning. In some shrubs at the base of the tree, Sarita was crying. They waited for a while but nobody came for the baby, so they picked it up and called us.

When we arrived there were three sloths resting high in the canopy, and with a little ache in our heart, we picked Sarita out of her comfy blanket and let her cry for her mother. Soon there was movement up in the tree. One sloth started climbing, but we saw it was a male by his characteristic back patch. Soon a second one started moving, turning her head every time Sarita called for her, steadily moving down the tree.

Standing on some roots at the base of the tree, I held the baby as high as I could. As mom descended the final portion of the trunk, she decided to transfer to a tiny tree beside the Cecropia. As if it read her mind, Sarita also reached for this small tree with her little arm. The small tree suddenly bent under the mom’s weight. Everybody gasped as the baby was yanked out of my reach, hanging off the tree with only one hand. Although relatively low, it would still have been more than a 3-meter fall. But Sarita held on, and with a smooth movement mom picked her up and embraced her, smelling, sniffing and cuddling her.

This is the best outcome we could have hoped for. There are not many cases where we can locate the mom of a baby that has fallen down and reunite them. The most important people in this story are without a doubt the owners of the land, for being so attentive to the wildlife that lives on their property and for contacting us so soon.

The next morning we went back for a final check on Sarita, but she was already gone, off to learn the secrets of the jungle with her mother.


Hace unos días nuestro teléfono sonó y nos dijeron: “Encontramos un bebé perezoso”. Inmediatamente agarramos nuestro kit de emergencias, nos subimos al carro y fuimos a encontrarnos con este bebé perezoso, una pequeña de apenas 450g.

Es la segunda llamada que recibimos como resultado directo de nuestro programa de alcance comunitario, donde visitamos todos los hogares alrededor de nuestro Sitio de liberación para decirle a las personas de la comunidad quiénes somos y qué hacemos aquí. En honor a la persona que coordinó los proyectos comunitarios y educativos durante los últimos meses, dejando su huella en esta comunidad y en nuestros corazones, nombramos a este bebé perezoso de tres dedos “Sarita”.

Los dueños de la propiedad nos mostraron exactamente donde encontraron al bebé. Fue encontrada en un gran árbol de Cecropia, de aproximadamente 40 m de altura. En la mañana habían visto a tres perezosos de tres dedos peleandose ahí. En un arbusto en la base del árbol, encontraron a Sarita llorando. Los dueños esperaron un rato, pero nadie vino por ella, así que la recogieron y nos llamaron.

Cuando llegamos, miramos que habían tres perezosos descansando en la copa de un árbol. Y con dolor en nuestro corazón, sacamos a Sarita de su cómoda cobija y la dejamos llorar para llamar la atención de su madre. Pronto hubo movimiento arriba en el árbol. Un perezoso comenzó a escalar, pero vimos que era un macho por su parche trasero característico. Pero luego otro perezoso comenzó a moverse, girando su cabeza cada vez que nuestra pequeña lloraba por ella. El segundo perezoso comenzó a bajar el árbol altísimo.

Me paré en las raíces en la base del árbol y sostuve a Sarita lo más alto que pude. Cuando la madre descendió la parte final del tronco, decidió trasladarse a un pequeño árbol al lado del árbol de Cecropia. Como si leyera la mente de su madre, Sarita también alcanzó este pequeño árbol con sus pequeño brazos y empezó a escalar. Cuando la mamá se paso completamente al árbol pequeño, este se dobló repentinamente bajo su peso y columpió un poco. Todos nosotros nos quedamos sin aliento observado a Sarita deteniéndose de él con un sólo brazo. Aunque no estuviera muy alto (aproximadamente 3 m) nos llevamos un susto. Sin embargo, Sarita se detuvo y su mamá llegó hacia ella, la recogió, abrazó, olió y finalmente la acarició. Se quedaron así por mucho tiempo.

Este es el mejor resultado que podríamos esperar. No hay muchos casos en los que podamos localizar a la madre de un bebé que se ha caído y reunirlos. Las personas más importantes en esta historia son sin duda los dueños del terreno, por apreciar y estar tan atentos a la vida silvestre que vive en su propiedad y por contactarnos de inmediato. Al día siguiente regresamos para revisar una ultima vez, pero Sarita y su mamá ya no estaban ahí. Ahora Sarita está viajando con sus mamá y con ella aprenderá los secretos de la selva.

Sloth mom and baby are finally reunited. Hugging, smelling and cuddling one another.

Blog written by Release Site Veterinarian Melody Bomon

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